
La inspiración aviesa
Se me niega perversa,
Hoy no diré del cielo
De la mancha nubosa,
Que esta tarde de junio
Presagia de, tormenta.
No, del rosa encendido
Que entre nubes cenizas
Se mira tras la cuesta.
Hoy, versaré de gatos…
No de un gato cualquiera,
Diré de Mayonesa
Cómo llegó a mi vida
Hace ya quince años
En brazos de mi nieta,
Sí, me refiero a Violeta
Que ya ha cumplido treinta.
De mí, que en unos días
Si me cuido otro poco,
Por uno más, ¡Dios mío!
Rebaso los ochenta…
La gata me ha enseñado
A amar en la certeza
De entregar sin reclamo
De recibir sin fuerza,
Cada noche en ovillo
Muy junto a mis rodillas
Me socorre del frío
Que de noches lluviosas
o de invierno, me pillo…
Si cargada de insomnio
Me presiente, no duerme,
Celoso centinela a mi lado
Desvela, en ronroneo
Consciente, solidaria
A mis penas.
Sigilosa presencia
Que percibo en el alba,
Su amorosa energía,
Arropándome el alma,
A ratos, entre sueños
Mi mano se desplaza
Recorre suavemente
La sedosa zalea,
En blanco inmaculado
Y azabache azulado
Y sonríe en mis adentros
La cómplice cordura
Del prohibido deleite
De mis cantos de cuna
Y un suspiro silente
Desde mi plexo expira
El temor, la tristeza
La solitud, la ruina…
Se me cierran los ojos
Y las dos nos sumimos
En, letargo… piadoso.
Yolanda Arias Forteza
Junio 24, 2022. 13:38 hr.
Debe estar conectado para enviar un comentario.