UN MUNDO DE PALABRAS
Dame Señor el claro entendimiento
a saber por qué insomne me alimento
de cantar en un verso lo que siento.
Di de dónde me nace el sentimiento
de que en vez de dormir esté despierta,
repetido mil veces el acierto de un vacuo
pensamiento que estimula de modo
impertinente el verbo en que te adoro
aun, sin verte. Hazme saber la razón
por qué permito que en mis letras
refleje mi presente si relato el pasado
que no existe, y los sueños persisten
en llevarme a un estrato de vida diferente
al que desilusión y muerte no resisten.
Di Señor, dime la consecuencia de querer
trascender a otros confines de ignota
realidad que percibe nirvana la creciente
ansiedad que de Ti, tiene el alma
que al nacer me diste. Di, pues no capto
en mi ínfima miseria el desencanto
del divino pensar, de la conciencia,
de la existencia misma ¡Qué me alienta,
qué promueve la gesta y el empeño
de plasmar mi inquietud en la poesía!
Un mundo de palabras me entregaste
donde mi pensamiento anda y desanda,
extenso marco en el que a cada instante
construyo un universo paralelo al tuyo
que nadie sino yo capta, es mío en color
y relevancia, tiene planos de amor
que nadie alcanza avernos tiene
de desesperanza; mas, siempre vuelve
a Ti, centro y templanza de todas mis
acciones la pregunta del designio de ser
y de estar viva. Tal vez, sólo tal vez
en mi palabra he de encontrar yo misma
la respuesta, cuando, sin pretender
ni darme cuenta, consiga con algo
de ternura, con una reflexión serena
o un pensamiento, eterna paradoja
que en mí encuentro, enjugar una lágrima,
consolar una pena, aliviar en un pecho
el sufrimiento, alentar su esperanza,
despertar en otra alma, un… sentimiento.
©Yolanda Arias Forteza
Noviembre 27, 2015, 9:45 hrs.
UN BESO ESTREMECIDO
.
A la noche comí tres chocolates cuando
en rigor uno sólo es que debía, me demoré
en subir, lavar mi boca y la pasta de menta
no alcanzó a librarme del pecado del gusto
a chocolate que tenía. Ascendí la escalera,
en mi mano una rosa roja perseguía junto
a mí la traviesa intención de enamorarte
y su fragancia toda me envolvía. Me puse
el camisón, ya es de franela. Besé la rosa,
la posé en la almohada en la seguridad
que la verías. Un beso te dejé sobre l
la almohada un beso entre una rosa roja,
Marchita ha de encontrarla el nuevo día,
pensé; más, si él encuentra el beso
dormido entre sus pétalos, otro me dejará
que estremecido me compense el no haberlo
sentido. Y, en esa ocupación me adormecía.
Y fue la noche de caricias plena,
en la que comprendí que en el momento
de quedar dormida, iniciaba contigo la vida
que quería. Ya no temo dormir, quiero estar
viva en cotidiano amor, aunque dormida.
Ser disyuntiva en que elijas estar porque
me amas, en que sepas que por ti mi alma
clama, para que sientas que de ella se derrama,
la inquietud de este amor que fuera un día
desazón y dolor; pues intuía que en un tiempo
de Dios, también te perdería; mas, nunca
imaginé sabrías todo lo que me has dado,
eterna sobriedad de la alegría que te veré
ectoplasma pleno de energía, en un foro
infinito donde la eternidad parece un sólo día.
Esta mañana contemplé la rosa que a mi lado
aún permanecía, roja, radiante, luminosa
bajo un rayo de sol que refulgía, fresca aún,
de mis lágrimas bebía vida inerte
que me correspondía, besé la rosa
y en fulgor de rayo supe que dentro
en sus pétalos dormía el beso tuyo
que estalló en mis labios, e incrédula
en una carcajada por llanto enrarecida,
un beso estremecido me llenó, la… boca.
©Yolanda Arias Forteza
Noviembre 25, 2015, 19:46 hts.
Déjame sentir
Te sigo pensando en ansia de versos que llenan
de esencias sagradas mi boca.
La mente despierta el alma en la mano,
recorre veloz, por las blancas hojas,
de sangre ya rojas por la herida cruenta
de este amor perdido que al paso
del tiempo se encuentra rendido,
de tanto buscarte y tanto esperar
que llegue la muerte y me lleve contigo,
tiñendo bermejo todo lo que toca.
Aliento de mi alma, ahora, esta noche,
me envuelves en halo de un verbo que gime
oculto en mi boca, se adhiere a mi entraña
que se me desboca, pensando que me amas
o, debo estar loca por llamarte mío,
por sentirme amada. Cuando yo te pienso,
aún, el ansia tuya, en labios y cuerpo
temblores provocan. Sé que eres engaño
que a mi puerta toca, y franqueo tu paso;
pues, nadie lo sabe, tampoco lo daño;
aunque ya dormida, susurra en mi oído,
eso que me gusta. Deja que te sienta
fantasma furtivo, que aún soy tu amada
y besas, mi… boca.
©Yolanda Arias Forteza
Agosto 6, 2015, 12:00 hrs.
ABJURACIÓN DE AUSENCIA
Peldaño a peldaño, cada noche
va escalando tu amor mi frágil escalera
y tu mano comedida desenreda y aparta
la hiedra que a su paso va encontrando.
Asciendes y desciendes despacio el húmedo
trayecto y te detienes. Ases el barandal
y te sostienes, anclado a mis caderas
en rítmicos vaivenes. Transeúnte voraz
que en mi devienes, noche a noche tanteando
la escalera, y buscas el remanso de amor
que te contiene y me das la ilusión
en que tu eternidad me acoge y me sostiene.
Encuentro clandestino de dos almas que retan
del destiempo la miseria amándose en espíritu
y materia, y abjuran de la ausencia del roce
que el destino fatal les impusiera.
Tanta humedad perdida, insatisfecha,
cuánta desolación a par de gozo percibiera
de que la muerte, ya el umbral… acecha.
©Yolanda Arias Forteza
Noviembre 16, 2015, 18:10 hrs.
ATAVISMO
Aborda con la idea de enamorarme,
en cortejo sutil que me seduzca,
en la boca un beso has de dejarme,
en el que se condense tu deseo.
Inicia con un beso en avanzada,
y en el temblor que asalte mi cintura,
consigue poco a poco me despoje
del escudo que impone la cordura.
Besa, intenso, sé mi amante,
por esta sola noche, en la intención
también, de enamorarte pues, comienzo
a dudar y me repliego, y abandono
la gesta antes de amarte. Enamorados
sí, en un sólo beso, el único prohibido,
inolvidable, ardiente fuego perdurable
en el que quedes preso desde el momento
mismo de… dejarme. Convencida
de que es sólo falacia, la certidumbre
en el amor no busco. Busco una noche
plena en que ame desligada al dolor,
y en atavismo a, la… desesperanza.
©Yolanda Arias Forteza.
Noviembre 16, 2015,12:12 hrs.
CANDADO CIEGO
Priva en mis versos, la extraña sensación
que me asaltaba cuando niña, de la fila
del grupo las maestras me apartaban,
inocente pensaba, castigada; a luego
resultar que a un escaño de mayor
relevancia estaba destinada, a la obra
de teatro, en el bailable, o un discurso
de entrega de diplomas. Así decido ahora
en lo que escribo. Versos que se atropellan
desplazando unos a otros, intentando
ascender, ser el primero en los escaños
del poema en turno que ávida pergeño.
Alguno se adelanta y por su ahínco se escribirá
el último. Candado ciego que nadie podrá abrir,
la llave tengo, el toque magistral
con el que cierro, corolario será, intruso
desvelado del poema en que me empeño.
©Yolanda Arias Forteza
Noviembre 9, 2015, 22:35 hrs.
DE TU IMPOSIBLE AMOR
Se desplaza mi vida en la nostalgia.
Quehacer de tiempo enrarecido por ensueños
que en mi mente creo de cotidianidad,
de vida llana, en el empeño
de que no te has ido, que aún me amas,
como entonces, vivo.
Si puedes descifrar mi pensamiento
cuánto en él no leerás que te confirme
la eternidad de amor que te profeso.
Cuánto de soledad que en mí se cierne,
percibirás cuando constato con razón
que nadie, de la muerte vuelve.
Cuánto de mis anhelos captarás
en el suspiro, que sin aliento, no exhala
el corazón, aún de ti, hambriento.
Cuánto dolor regado en mi existencia,
¡Tanto! por cicatera… ausencia;
sin embargo, cuánta dicha, al sentir
de tu imposible amor lo que implacable, siento.
©Yolanda Arias Forteza.
Marzo 30, 2015, 11:15 hrs.
CANCIÓN DEL AMOR INDIFERENTE
En genuino estupor he contemplado
la espalda del amor que opuesta yace
ausente, ignorante del muro que levanta
entre los dos. Infranqueable barrera
Indiferente, de rechazo inconsciente,
que adormece y aborta de golpe,
mi intención. Es sutil en el lecho
cada acto, precursor de la entrega.
¡Cuántos cuerpos dormidos en silencio,
separadas las almas! Una noche bastó,
a que comprendiera… La indiferencia
del amante deja en la mente grabada
una lección, en el alma una huella
de abandono, en el cuerpo una extraña
sensación. El deseo, inhibido, repliega
los sentidos a confines que nunca sospechó,
sin caricias perece desvalida la ilusión,
la sangre detenida entre las venas,
en latido pausado, el corazón. En razón,
una noche es suficiente a notar un amor
indiferente ¡Una noche una, sola… bastó!
©Yolanda Arias Forteza
Noviembre 7, 2015, 10:45 hrs.
ASÍ
Omnipresente estás en mi memoria,
Omnipotente en mi quehacer presente
Fragua inconsciente de mi sueño infante
Que en ti culmina mi paso a la historia.
Deidad pagana que forjo y renuevo
En tristes versos con fervor de enero
En viento seco, que esparce en denuedo
Semilla, polen, vida por entero.
Yo quiero entregarte en caro deseo
La ternura toda que, por ti, poseo
Quiero que me encuentres en cada palabra
En que se estremezca tu cuerpo en deseo
Quiero ser la idea que te desconcierte
El fin, el hallazgo de lo que te aliente
Y sabrás entonces que has sido quebranto,
De mi vida aliento, de mi boca canto.
Has sido arquitecto de lo que ahora tengo,
Así te he querido, así te… retengo.
©Yolanda Arias Forteza.
Enero 8, 2014, 14:07 hrs.
CANCIONES… RUMORES
En memoria
ALICIA MARTÍNEZ SALDIERNA
28/06/1927 <> 12/06/2014
Hoy lave la terraza y regando macetas
miré el patio contiguo que permanece solo,
sin que nadie en él cante. En uno de los muros
hay un ángel de barro que sostiene en sus manos
un cántaro pequeño, que rodean pajaritos,
ávidos y risueños. Y recuerdo los años
en que a mí me narraba, una mujer madura
sus recuerdos, sus cuitas y también sus ensueños.
Y mientras trasegaba, entre los avatares del lavado
de ropa de barrer y quehaceres, cual jilguero, cantaba
y regaba las flores, haciendo planes nuevos.
Extraño sus canciones, sus charlas y mociones
que a poco, se volvieron carentes de emociones,
la edad se hizo presente, caídas, accidentes
que van debilitando la forma de ir andando,
de encarar el presente que se está acumulando,
sin proyectos futuros y en recuerdos ausentes
Alicia era su nombre, su nombre era de flores,
como flor ha dejado, en el patio canciones
de su, paso… rumores.
©Yolanda Arias Forteza
Enero 23, 2015
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