***Liras de sentimiento y belleza *** Yolanda Arias Forteza

Archivo para julio, 2017

Debo entregarme, a ti

16938849_605399406325859_6254206201395034442_n

Quiero entregarme hoy a ti,
Como flor en la colina
que es mecida por el viento
y ha quebrado la cintura fina,
leve, en la noche diamantina
lo más bello ser, de la belleza
que tu jamás, hayas visto.
Crasa inquietud de la mente
pensar del amor ausente
en recurrente desvelo
entre recuerdo y recuerdo.
Cómo dormir el anhelo,
cómo la gana de verlo
de acunarlo entre los brazos
de besarlo a el cansancio
hasta dejar de quererlo
de recuperar la calma,
que si olvidarlo pudiera
el alma quizá debiera
dejarse de enamorarlo.
Broche clavado en el pecho
recama de nomeolvides,
desangrando el corazón.
Amor de quinientos años
De ochocientos o de mil,
siglos de ausencia, milenios
en tres lustros los viví;
tanto daño, inmerecido
la ilusión los magnifica
y la mente cuantifica
lo que el corazón no entiende
y no logra definir.
Ritos de supervivencia,
a conciliar la existencia,
por tanto amor que perdí
sin apenas, darme cuenta
Y cuán poco recibí…
Por el amor que me ofreces,
hoy, debo entregarme a ti,
no quiero penar, mañana
por lo que diste y, no di.

Yolanda Arias Forteza.


Que, no diga

0887b74f2a94c0a9ab04c1a7f3f0409f

Que no diga de, ser… vieja.
En verdad, no me lo creo.
Si lo digo es por reflejo.
Es un escudo que tengo
para los hombres casados
también para los muy viejos
Lo digo, a jóvenes educados
que me brindan sus cortejos
o bien, me parecen necios.
De edad yo no sé decirles;
Pues, no siento la que tengo.
Discurro en un mundo etéreo
donde cantan las cigarras,
donde graznan los cornejos
y en las tardes los ocasos
tiemblan en tonos bermejos.
Lunas en cuarto menguante,
con grillos desafinados
que a coro cantan mis versos.
Soy joven de nacimiento
Aunque me vea en los espejos
que me dicen que mi rostro
se parece al de los viejos.
Las canas me han investido
de una corona de plata,
a las que suelo nombrar,
argentes cardos maduros,
Me gustan más que los tonos
que con tintes las delatan.
Para algunos soy amiga
otros me hacen el desaire,
joven me mira la vida
madura mujer y madre,
algunas veces, poeta,
juventud acumulada
Que en el rostro me delata
un granito impertinente
como si de adolescente
y me sonroja elocuente,
si se asoma en mi mirada
que me he vuelto a enamorar;
así, me obligo a cantar
en versos lo que la vida
me ha enseñado, al caminar.

Yolanda Arias Forteza


Epístola para Martha

Para ti, Martha Orozco Felguerez
Donde quiera, estés.

Te he recordado al amanecer.
Tu rostro querido ha regresado
en la inconsistencia de gritos ahogados
por la larga ausencia. Airado despierta
este sentimiento y rindo homenaje
a nuestra amistad, que olvidé en tumulto
de supervivencia. Prisa que arrasó con
sueños de triunfo. Tiempo de luchar
malogrado  empeño  logró,  separar.
Me volvió a un ayer, enterrado en montes
de olvido y pesar; no sé aún, para qué.
¿Sabes? Recordé cuando al atardecer
hasta tu oficina te iba a recoger. Las dos
hermosas, jóvenes graciosas, platicando
cosas que íbamos a hacer, sueños que soñamos,
amores perdidos, niños, ralos presupuestos,
sentadas,  tomando  un café, o en el delantero
asiento de tu auto, pláticas eternas
en que componíamos un mundo al revés.
Un rompecabezas que armábamos siempre
uniendo las piezas  en rítmica fe, para
al separarnos luego apresuradas, guardarlas
en claro desorden y encontrar pretextos
a citarnos la misma semana, en otro café.
Charla interminable, adiós suspendido,
el auto encendido, tiempo que en versos
hoy te han retenido.  No imaginas cuánto
desearía a tu lado tomar un café, mirarte
a los ojos, enjugar tus lágrimas, volvernos a ver.
Compartir tu canto, reír con tu risa, como
hicimos antes, sorbiendo… café.

Yolanda Arias Forteza

Julio 8, 2017, 18:30 hrs.


Sin maquillaje

Imagen relacionadaPuede ser una imagen de 1 persona e interior

Nunca he sabido amar a medias tintas,
el alma por delante, el corazón abierto,
crédula, ingenua, desarmada, etérea,
los labios sin pintar, la piel
sin maquillaje; mas, al paso del tiempo
he comprendido que amar así, es parte
del peaje, en soledad, entre estaciones,
pasajeros suben, bajan en trenes que parten
a deshora, sin dar explicaciones. Prosigo
sin mayor premura, seguir es lo que cuenta.
Admirando el paisaje me distraigo
de las preocupaciones y dejo de juzgar
quién me acompaña, es el viaje el que gozo,
las emociones que a mi paso afloran
al contemplar de Dios las maravillas,
los pastos y campiñas, las escenas de vida
en la floresta. En los pueblos que cruzo
las casas blancas que secretos guardan tras
sus puertas. Los jamelgos, las carretas,
sus calles polvorientas o empedradas donde
cruzan mugiendo las vaquillas. La gente
presurosa, comedida, mujeres vendiendo
sus tortillas, en ensueño de corros otoñales
en retozo, se desplaza mi mente me miro
adolescente, oteando el horizonte.
Así he de amar hasta el último día, sin tara,
desmedida, apasionada. Nunca hubo pasajero
que a mi lado su medida encontrara,
sólo uno abordó al final de mi vida
en mis brazos murió; mas, vive su presencia,
no sé quimera o eterno sueño infante, su gesto
y su alegría integrados al paraje que atravieso.
Sin maquillaje me desplazo en un tren lento,
Esperando el momento de la ansiada partida,
Que escurre la vida  hasta el inexorable, pase.

Yolanda Arias Forteza

Noviembre 5, 2015, 7:15 hrs.


La última lágrima

 

Resultado de imagen para imágenes de rostros de hombre con lagrimas resbalando

De tus ojos vi caer una gota de vida
decadente, cristalina, silente.
Fue tu última lágrima para, conmigo
hablar, tan etérea, tan frágil, cuanto
Que pareciera suspiro de humedad.
Dolor amordazado, que en silencioso
Y parco llanto encontró su expresión
Resbalando a ritmo lento por tu sien,
Cayó sobre la almohada y el blanco
Lino en ávida tragada la absorbió.
Fue una gota, no más y mi mirada
Al mirarla caer quedó atrapada.
Mi mano apresurada adelantó,
Quise guardarla y el húmedo escozor
Dejó en mis dedos saturación fugaz
Que en impotente azoro, se esfumaba.
Cual estela de aliento, se escapaba.
Quedó en mí un segundo, no más.
No sé si el aire, o mi piel misma
Diluyeron ansiosos, la sutil humedad.
Terminó por secarse. Fue un instante
Que en recuerdo reviste, eternidad.
Supe entonces del llanto de las almas,
Su salado torrente me envolvió.
En tu lágrima sola, bebí a fondo
El amargo tormento, del… amor

Yolanda Arias Forteza
Abril 30, 2017  20:00 hrs.

 


La siesta

Cuadro Al Óleo India Dormida 140x90cm, Autor Bertha Uribe

Siete de la tarde, en siesta  dormida,
Me soñe acostada, junto a ti, arropada,
Te sentí en mi boca, en beso prendido
Un beso profundo, sentido,  apretado
Como besan sólo los enamorados
Tus labios mojados, ávida mi lengua,
La tuya de orilla a orilla la he repasado
Me quedé muy quieta,  sabía que dormía,
Que estaba soñando pero no quería
Perderte en vigilia y me fingí dormida
En mi subconsciente te estaba engañando
A que tú pensarás que seguía dormida
Y que te quedaras por siempre… besando.
A mí misma pienso, me estaba falseando.
Tan vívido el beso que me ha despertado
Y un nombre perverso, el menos deseado,
El tuyo, que intento despierta olvidar,
Me arropó la mente en un pensamiento
De amor, desbordado. Sabía que eras tú
Ese enamorado que yace dormido
Lejos, separado en lecho de olvido
Que si me recuerda, no lo va a aceptar
Y sin pretenderlo es, que me ha besado.
Hoy se me ha acercado un beso,  a besarse
En nuestras dos bocas, casi… enamorados.
¿Conmigo, soñando?  ¡Cómo he de saber!

Ha sido mentira, sueño equivocado
ningún sentimiento por él expresado
Él no me recuerda, pues sigue aferrado
a jugar con mi alma. En sueños, me besa.
Ya se ha dado cuenta, me he enamorado.

Avanza la noche, y debo subir
Me sorprendo en miedo de volver
A dormir, de soñar que llena mi boca
un beso inventado. Recae mi desvelo
en besos prohibidos, lejanos, quimeras
de anhelos de niña en que caigo siempre,
una y otra vez y acabo llorando
añorando besos, sumida en honduras,
que en temblor de labios quedaron en mí.

Extraña condena en que me someto
al soñar constante como en deja vu
en besos absurdos que nunca mis labios
van a recibir, que no tengo amantes
que sueñen conmigo ni, besan… así.

Yolanda Arias Forteza

Julio 3, 2017, 22:11 hrs.

 

 


Desenlace

Resultado de imagen para imagenes de pinturas de un sauce llorón

No más, presentimiento ahora, que no estás.
En este abril tan negro me diste la certeza
De tu entrega total. me dijeron tus ojos
Lo que tu alma gritaba; tú, sin poder hablar.
Que por sólo ese beso que en ti se enamoró.
Cada noche soñaste nuestro beso prohibido
Cada noche, catorce años, tú dormiste conmigo
Sin palabras sin roces ni decirnos de amor.
Por ese beso antiguo que sellara en un pacto
Este amor demencial. culmina en otro beso
Nuestra entrega total. Agonía a cuatro brazos
En el último tiempo bebiendo los alientos
Se unieron nuestros labios en un segundo beso
Desenlace de un drama, catorce años después,
En gemidos de sauce, en ulular de viento
En lengua de diamante cortante, endurecida
De amor desvanecida al cantar estos versos
Hoy que, quiero… llorar. Tu retrato en mutismo
Juramento al reverso, sólo tus serios labios
Que ya nunca hablarán y, besándome… están.

Yolanda Arias Forteza

Mayo 1, 2017  13:00 hrs.


Presentimiento

Resultado de imagen para imagenes de pinturas de bocas

Y razono un consuelo banal, inconsistente.
Yo no te hubiera amado, de tú haberme querido,
Es condición humana anhelar lo prohibido
Aún sin darme nada, de tu vida y tu Sino

Me diste nueva vida con un beso prohibido.
Amor imaginado, tal vez por mí inventado.
¡Eso no lo sabré!
Tú nunca has de decirlo. Yo, no preguntaré.

Más un presentimiento me dice que seré
El recuerdo de un beso que llevas en tu ser,
Un algo tan prohibido como jamás soñé,
Alguien tan anhelado que en ti renaceré

En cada negra noche y en cada amanecer,
Para querer besarme sin, aceptar… por qué.

Yolanda Arias Forteza

(Septiembre 23, 2003)