***Liras de sentimiento y belleza *** Yolanda Arias Forteza

Archivo para julio, 2020

Nunca, más…

Vago sola, enferma,
Con el alma yerma
Roto en mil pedazos
Que hace que se duerma
Entre cardos tristes
En grises nublados
El trémulo trozo
De mi corazón
Dónde te has dormido
Dónde sepultado,
Toda mi ilusión.
Te fuiste y dejaste
A mi alma vagando
Entre directrices
Y anhelos castrados
Desde que me viste
Y de mí dijiste ser
Enamorado. Te fuiste
Diciendo cuánto me has
Amado, y es fruto prohibido
El nunca tocado, y es ansia
De muerte el volver a verte
Y es aberración, Leonora
Llorando y el cuervo graznando
¡Nunca, más… amor!

Yolanda Arias Forteza
Octubre 29, 2017. 10:30 hrs.

El cuervo (poema) - Wikipedia, la enciclopedia libre


A, la… espera

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Anoche me besaste, Amor y, fue tu mano
en firme sujeción, ancla en la mía.
Llegaste a mí como halo milagroso,
no logro recordar si noche o alba
en aleteo sutil de viento rumoroso,
tu aliento entró en mi boca,
los labios entreabrí en un anhelo
inmenso que rozó tu boca,
bebí tu aliento de sediento gozo,
de tu alma un beso tembloroso.
En el roce sutil quise quedarme;
mas, en un rayo de lúgubre cordura,
te pensé sueño y un sollozo me trajo
a la vigilia. Vino a desintegrarme
de tu abrazo; hubo un instante
de extasiada pena, tu presencia comenzó
a difuminarse. En tu dulce temblor,
en sed de ti, se queda el labio,
dolido el corazón,
el alma aún a, la… espera.

Yolanda Arias Forteza

(Mayo 18, 2015) 19:25 hrs.


Bésame, así

«El beso», de Rodin

Ah, qué noche desbocada
En la que no hemos dormido
Alentados los sentidos
por este furtivo amor
que no quiero se termine
y como aliento de abril
se me escurre en el temor
de que, aguacero de mayo
se me deslave el amor
Bésame así, hasta saciarte,
Besa hasta que el gallo cante.
Con el beso aparejado
Así crecerá febril el ardor
Enamorado, en tus piernas
Atrapado que sientes
Dentro de mí.
Anclados en el fervor
De besos desbalagados
De roces inesperados
Mis manos en pos de ti,
Deleitándose en el roce
Más duro que concebí,
Magnífico en el terceto
Ardiendo, mojado en mí.
¡Oh, bien mío!, Sigue,
Sigue besándome, así.

Yolanda Arias Forteza
Junio 24, 2017


Reunión Samhain Silgo XXXI


Octubre 31, 3017, 23.00 hrs. (Tiempo de España)

El recinto está ya en ruinas, pues mil años han pasado que Manoli, lo fundó, luminoso, acogedor para reunir las amigas, saboreando un buen café para charlar a placer sus sueños y travesuras, sus pláticas con sonrisas de aguamiel. La luna está azulada, será el reflejo del cielo que hoy obscuro más, se ve, con dos o tres vampiritos reflejando sus alitas extendidas de negrura en la plateada espesura de una esfera que algo obscura nos invita a recorrer las calles largas, desiertas de almas vivas, escondidas en sus casas, que ya no nos quieren ver.
Gatos negros hoy deambulan por varias calles vecinas, sus maullidos destemplados ya se escuchan por doquier y en todas las casas lindas se han corrido las aldabas a siete llaves cerradas, han bajado las cortinas y nadie se deja ver.
Plena noche de recuerdos, así nos la prometimos los poetas que estuvimos en la Guarida cautivos, con amores a destiempo, llorando nuestros silencios y desafiando a la muerte con sonrisas imprudentes o respetuosos dolientes, entre versos divagando y en la poesía destacando.
Sobre las mesas polvosas Yolanda va colocando las flores de zempoatzuchitl en cascada anaranjada con las que vino cargada la balsa en la que bogaba desde México en el que murió cascada, escribiendo desmedida, llorando sus amarguras, siempre por las madrugadas.
Sentado solo, a la espera está Salas escribiendo sus sonetos tan complejos, de lo que ocurre en España, versos de recio poeta que maneja el lenguaje con reconocida maña, con los que corta cabezas con recrudecida saña. Él aún habita un mundo de mil marañas extrañas, tanto como las arañas que cuelgan de su corbata, urdida con telarañas.
Ahora llega Araceli, en carrera apresurada los huesos le tintinean con las pulseras de plata, pues, ha dejado a sus deudos sólo joyas de hojalata. Su sonrisa nos revela que se siente fascinada por haber llegado a tiempo y así encontrarse dispuesta a ayudar en lo que sea, aprobando las propuestas.
Llega Mía acomedida, elegante, con el cráneo bien brillante pues fue con el peluquero, con revuelo de manteles y primorosas canastas con viandas bien preparadas de exóticas apariencias. Cavas y tintos de marca con etiquetas diversas enfriadas unas, los otros, en su tibieza perfecta.
Oh, no me había percatado. Al fondo, algo solitaria, miro a Julie con la cartera repleta de libros viejos y un deslucido bolígrafo escribiendo en los papiros que trae del siglo XXI, sigue escribiendo poemas y no sé de qué manera exhala humo su cabeza, tan reflexiva nos mira y luego un verso excelente escribirá del fantasma que le inspira lo que advierte.
José Javier está entrando. Elegante, y… despistado. Caballero nos saluda y enseguida nos describe de los cambios ocurridos al ambiente en cada entorno, desde el siglo pasado, se ha encontrado en el camino con amores que le quedaron pendientes y entre ellos, de alguno, permanece enamorado. Todas, casi todas, por él siempre, han esperado.
Manoli se está acercando y la tertulia enriquece con una copa en la mano está feliz de reunirse con sus amigas de antaño, esta reunión es lo suyo, lo que ella había imaginado y por eso en su rinconcito la junta se ha convocado.
Leha camina entre sueños sus pies el suelo no tocan, vuela entre todos nosotros y a un murciélago sus alas las ha pedido prestadas, él se encontraba cansado y ha decidido quedarse a dormirse desnudado en lo alto de un andamio, mientras ella luce hermosa con el negro de azabache sobre sus huesitos albos.
Silvia García Sandoval está ya traspasando como una reina el umbral, vestida como catrina, de belleza sin igual, amplio sombrero de copa adornado con las flores de su Morelos natal. Linda, bella deslumbrante, más que calaca temblante, semeja un lirio juncal. Sonríe amplia y en el ambiente flota un aroma de flores casi, casi angelical.
Llega Greg, apresurado, la corona ha resbalado, la blande desesperado porque siempre es el primero cuando convoca a reunión y ahora se ha retrasado, lo coronaron de olivos en la reunión de las artes, acompañado de Esther y la Guarida de peques y aunque no le gusta el nombre sigue siendo nuestro rey, porque se volvió poeta, a punta de recalar y por todas es amado, nadie nota que de estrés parece desmejorado, ¡qué leches! aún sin querer, ahora, todos somos… delgados.
Fantasmas diseminados hablan a más no poder, María Luisa, por ahí, da la mano a Cely Vargas, y Esperanza está bailando con Carmiña y Hergue Azul, dan la mano a otros poetas contemporáneos entonces. Como niños en un corro, dan vueltas todos danzando. Hay risas, salutaciones, brindis bohemios y cantos. La noche está terminando. Mía ha pasado lista, con algunas excepciones todos autores y amigos, Raquel nuestra Duendecilla, Ana Isabel, Devannys, Arturo y Dulce María (que siguen enamorados) Araceli de Luna, Casal casalita de la mano con Fabíán, Isabel Suárez, Lili, Marga y Silvia Salafranca, Verónica, Flor Profusa, Gloria Lucía, Matilde, María Gracia y Dulcinea, Paqui y María de los Angeles, cierra con María Yolanda (todos, bebieron de más).
Las doce están dando ahora, las campanas van sonando. Seguimos un rato más, todos estamos felices. Un aplauso fantasmal ensordece la alborada. El silencio nos invade, los besos y la nostalgia, la promesa de encontrarnos dentro un siglo celebrando. Las manos ya se separan, todos vamos caminando despacito nos miramos, a lo lejos un adagio en su sepulcral tonada nos ha de encontrar penando, otro siglo, otro tiempo de seguirnos encontrando.

© Yolanda Arias Forteza
Octubre, 2017


Burla, de la vida

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No me hables de amor,
No inflames la llama
Que una vez temblara
En trémulo grito
En mi corazón.

No me hables bonito
Solo di, que un día
Hace tiempo ya
Tú, me diste un beso
Escalera abajo.

Asalta la mente
Rosario de, hubieras,
Riendo en arabescos
De desilusión.
Burla de la vida

Que permite ahora
Mirarnos de lejos,
A seguir atados
A estar separados.
Y nos enfrentemos

Seis décadas tarde,
De dolor sembrados
Y deseo, embriagados
Para conformarnos
Con un día, de… amor

Yolanda Arias Forteza
Julio 14, 2020, 15:00 hrs.


Un soplo

 

Definición de soplo - Qué es, Significado y Concepto

Viento que suave acaricias
Apenas su pensamiento
Deja en él mi sentimiento,
Y suave soplo en su aliento

Que perciba como un beso.
Para que anide en su pecho
La esperanza que en el mío,
Por quererlo se ha deshecho.

Que el sueño que en mi pupila,
Por verlo, se me desvela,
Cierre sus ojos de noche,
Con mi imagen dentro de ella.

Y que quieto, en la alborada
De cualquier noche callada
Lo acaricie mi recuerdo,
En la arruga de su almohada.

La esencia de mi quebranto,
Lo salobre de mi llanto
Vagando por la distancia,
Se han de transformar en canto

Que lo alcancen noche y día
Diciéndole, ¡Te amo… tanto!

Yolanda Arias Forteza
Noviembre 23, 2003. 10:30 hrs.


Sentidos

 

Cuadros al óleo de estilo clásico con retratos o caras de mujer de ...

Qué mis oídos no escuchen ese tronar de su voz,
Cuando ahogada en emoción, expresa su sentimiento,
Trueno que a mí me fascina, centella de una pasión,
Que tamizada en el tiempo, su corazón expresó…

Qué mis ojos no contemplen esa mirada febril,
¿Es deseo, es locura? O sólo insatisfacción.
Nunca sabré a ciencia cierta, qué fue que la provocó,
Mirada que con su fuego, mi corazón incendió…

Qué sus manos, recias manos, no me vuelvan a tocar,
Que las yemas de mis dedos, no perciban su calor,
Es venero que subiendo, en vez de darme consuelo,
Va envenenando mi vida, rompiéndome el corazón…

Qué mi olfato no perciba jamás, nunca más, su olor,
Olor que mi vida entera en infierno transformó,
Ni el aroma del pañuelo que perfumado me dio,
Fue un ardid, una mentira, que con jabón se lavó…

Qué el dulzor del beso ardiente que mi boca recibió,
Convertido en sal amarga,
Por una lágrima sola, que en ella se resbaló,
Se disuelva para siempre, como algo que nunca dio
Y que mis labios no añoren el labio que los besó…

Qué mi alma así trascienda, por su Destino marcada,
Sin susurros, sin miradas,
Sin caricias, sin perfume, ni dulzor
Y que mis sentidos, todos, en Virtud sean transformados
¡Librándome de su embrujo y las ansias de su Amor!

Yolanda Arias Forteza
(Abril 11, 2003) 5:30 hrs.


Don Ricardo, mi abuelo

 

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Soneto del poeta y abogado Potosino, Manuel Ramírez Arriaga que dedica a mi abuelo
Ricardo Arias Rivera, en el año 1940.

DON RICARDO.

Viajero de los aires, cuando llegué a la tierra,
Me tropecé, de un puerto fluvial con un hotel
Con un titán cansado de la mundana guerra,
Melena en rebeldía, mirada de Luzbel.

El corazón y el nombre del rey de la Inglaterra,
Que el cruzado estandarte llevó contra el infiel;
Aún tiene su mirada duro fulgor que aterra,
Pero es sencillo y claro, como gota de miel.

En él se frustró el clérigo y cuajó el asturiano,
Más no es vano ni loco, ni menos mal cristiano;
Y al terminar el libro de su aguerrida historia,

De la humilde gerencia del “Gran Hotel Palacio”
Subirá a la del otro que está sobre el espacio,
A quitarle a San Pedro las llaves de la gloria!

Con todo respeto al señor Ricardo Arias Rivera.

Manuel Ramírez Arriaga*
Villahermosa, Tab. Año de 1940.

*Nació en la ciudad de San Luis Potosí, S.L.P., el 14 de febrero de 1900. Es hijo del gran humanista potosino don Ambrosio Ramírez y por línea materna, bisnieto del licenciado Ponciano Arriaga. En una escuela particular y en el Colegio Seminario hizo la primaria; la preparatoria en el Instituto Científico y Literario y en el Ateneo Fuente, de Saltillo, Coah.; la profesional, de nuevo en el Instituto de San Luis Potosí, del que fue secretario. Hacia 1928 tuvo que emigrar, por haberse afiliado al vasconcelismo, y hasta 1932, en San Luis Potosí, pudo obtener el título de abogado. Regresó luego a México, D.F. a ejercer la profesión, y allí radica. Sus primeras poesías y discursos los publicó en Juventud, de cuyo grupo editor formaba parte. (RMA, 1979: 326-327).

Publicado por Yolanda Arias Forteza en el año 2020.