De amor y de ausencia
Quietud que se mece en noche alargada
Obscura neblina de aurora pintada
De pálidos grises, de nácar sembrada
Aullante silencio de la madrugada
Trino de Cenzontle que semeja canto
Que rompe el encanto del duro silencio
Canto del amante, que termina en llanto
En que vaga inquieto tu recuerdo necio.
Terquedad de sombra, que no disminuye
De Amor, la presencia
Sino con un rayo de sol que diluye
Recuerdos, de ausencia.
¡El sol, que no salga y calle el Cenzontle!
Que la sombra larga de una noche triste,
Feliz de tenerme… callada y en vela
Envuelva mi alma, dejando una estela
De amor y de ausencia, donde me cobije.
Yolanda Arias Forteza
Enero 24, 2005, 23:00 hrs.
Pasión en cuatro sueños
Incesto
¡Dame un beso que mate veinticinco años de muerte!
Un beso, uno sólo, el último, en mi vida presente.
Un beso de hombre, incesto, averno y gloria.
Un beso que yo recuerde, siempre.
Quimera
Eres el rostro amado que siempre imaginé,
Surgiendo de la nada, poco hace te encontré.
Hoy caigo en un abismo pues sé que no tendré
Cerca de mí tu rostro para verlo otra vez.
Y pienso, pienso… pienso que nunca te miré,
Fue un sueño, una quimera,
Quizá, mi Amor, Amado sólo, te… imaginé.
Ruego
¡Tú, no me conoces, no me sabes nada!,
Te invito, en etéreo, por la madrugada
Y verás que lloro, que ruego angustiada,
Que se aparte, al menos, de mí tu mirada.
¡Si tú te acercaras… si tú me miraras!
El cielo, en mi cuerpo, ya lo habrías tocado
Y a Dios, en mis ojos, lo hubieras mirado.
Fantasía
Ya no habrá más versos, se rompió mi lira.
Terminó el tormento, y aún estoy viva
Sueños que, con nada, llenaron mi vida,
Todos son reflejo de, mi fantasía!
Yolanda Arias Forteza
Pretensiones
Quiero encontrar palabras,
Por alguien nunca dichas.
Bellas, raras, precisas.
Que al ponerlas en versos
Atrevidas describan
Esperas, goces, cantos,
Penas, sollozos, llantos.
Susurros, lentos, roncos,
Gritos alborozados,
También de amor rasgados.
Quiero plasmar la vida
Entre nuevas palabras.
Palabras, que al leerlas,
Semejen estar vivas,
Transmitiendo milagros
Como Dios los realiza.
Vocablo en que se erice
Hasta una piel de roca
Que un beso hagan eterno
Al besar una boca.
Pretensiones sublimes
Sublimando la loca
Esperanza que toquen
Lo que a mi alma toca.
Cuán sencillos mis versos,
¡Tan simples, mis palabras!
Yolanda Arias Forteza
Abril 2, 2003
Dónde sea
A golpe de buril forjaste mi alma
y recreaste la forma pretendida;
Así, logré entrar en tu vida
por un sutil esbozo concebida.
Pigmalión que con mente enamorada
esculpe entre versos a su amada
que ha quedado desnuda, desarmada
en un montón de fojas atrapada.
Mano inerte que ya no la acaricia,
boca audaz, más no besa y menos, dice;
hambre de amar por siempre insatisfecha,
esperanza que muere en la desdicha,
fe truncada, y el Sino, se… maldice.
Cada vez que razona el pensamiento
crece en dudas y queda sin aliento
el pecho que aún te llora. Sigue viva
la herida; a corazón abierto,
me desangro en pena.
¿Qué no debo llorar?
Si en lágrimas de fuego me consuelo
y en mi duelo, te arropo por las noches
en un dogal de versos y reproches.
Besa mi alma que un beso es sólo eso,
colofón y comienzo, donde se unen intención
y tacto, el último contacto, dos alientos
bebiendo boca a boca. Tu alma en comunión
ciñéndose a la mía. Del fin, el primer acto
para encontrarnos dónde sea, algún… día.
Yolanda Arias Forteza
Septiembre 1, 2016, 1:59 hrs.
Partícula
Hoy canto a la vejez, a la experiencia
A la que deja rutas en el alma,
Conciencia a costas de inocencia.
Le canto a la razón, a la sapiencia
Que se acumula en grietas de la mente
Causando remolinos en mi sien argente.
Le canto al paso lento, sin premura
Pues, dice que la vida es más que prisa
Canto a la reflexión en que agonizan
Las dudas, las preguntas, las pesquisas
Haciendo claridad donde la bruma
De la incógnita burda se desliza.
A la paz, le canto, a dejar la ansiedad
Dormir tranquila. A la alegría que deriva
De la porfía que mantiene mi equilibrio
A borde de peñascos, sin temor a caídas.
Al olvido le canto; pues, me permite continuar
La vida, no obstante penas y lágrimas perdidas.
A la vida le canto, a cada día que viví en la cima,
Oteando cielos de infinito raso con horizontes
En el mar unidos. Al desvelo en lechos de agonía
En noches de extensas y obscuras oquedades
Buscando rumbos en las constelaciones.
Le canto al Dios, creador del Universo,
a Quien todo es posible, por Quien
todo fue hecho. Me canto a mí, partícula divina
que me traduzco, en… verso.
Yolanda Arias Forteza
Octubre 9, 2016, 12:39 hrs.
No Quiero Primavera
Esa eterna primavera
A la que canto,
Está en tumba,
De muerte, prisionera
Por la carne marchita
Que tanto la quisiera.
Es tan cruel lo que digo
Que de mal gusto peco
Y si no lo dijera,
Al callar yo lo hiciera.
Por eso ya no canto más
A la Primavera,
Ya no saludo al alba
Despertando sedienta
De rocío, de mañanas,
De caricias secretas;
Pero, que me ha dejado
No tener primavera
Un verano discreto
Despuntó en rosas nuevas
El otoño en borrascas
Deshojó mis quimeras,
Dando paso a un Invierno
Que despacio me llega
Recopilando en él
Lo que a mi vida diera
Un día, la Primavera.
Es mi tiempo de dar
El amor que en verano
Y en otoño quisiera.
Este invierno sin ansias,
Ya libre de quimeras,
Deja a mi corazón
Querer a quien yo quiera.
A pesar que esta noche
No quiero primavera,
Cuánto me gustaría,
Que mañana… ¡Volviera!
Yolanda Arias Forteza
Yolanda Arias Forteza
TIERRA DE VIOLETAS 
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