Tú te llamas, Siempre
Al fin, el vocablo para definirte
Eres lo alumbrado, todo mi pasado
mi historia, mi ahora, nada por venir,
Lo eterno, lo amado, lo más esperado
El anhelo hondo que aún existe en mí.
El beso robado, el que tú me has dado
Él último ansiado, el que yo te di.
Tú mi sentimiento, mi yo atolondrado,
El mejor momento que pude vivir.
Mi sangre, mi mente y mi pensamiento,
De ti me alimento, te nutro de mí,
De risas de llanto de quererte tanto,
Tú te llamas…Siempre, tú serás
Lo eterno siempre, para… mí.
Estadías del amor
Las estadías internas del amor,
me… descolocan
Ese estar y no estar enamorado
Y cómo un condenado estacionado
En el vértice insano de lo ausente
Ese vivir perenne extorsionado
Por el sentir ignoto de otra gente
Esa atracción ingente de saberte
Pertenencia vital deshabitada
En el umbral prohibido de otra mente
Ese estar y no estar en el presente
Anhelando al ausente ahora apreciado
Los giros del pasado y de la ausencia
Los ritos de perenne complacencia
De un tiempo de inocencia, sin pecado.
Yolanda Arias Forteza
Noviembre, 2021
Ocaso
Soy náufrago aferrado a las astillas
De una barca que boga a la deriva.
Las vela desgarrada, ya sin quilla
Vencida ya la frente, antes… altiva.
Nada exijo; no obstante, me sostenga
Sin que el fondo de mar embravecida
Me devore notando mi fatiga
Es tan débil la fuerza que sustenta
El menguado cariño que me diste
Que me temo se deshaga cual pedazo
De madera carcomida por el paso
De mi llanto que sal es, de este fracaso.
¡Cuánto te amé, mi amor, tanto te amo!
Estando casi al borde, del… ocaso.
Yolanda Arias Forteza.
Abril, 2011
Besos
Cuántos besos te di descolocados
Besos en un teclado, enamorados
Besos distintos todos, según fuera
De mi ánimo el estado. Lloraban
Con llovizna entre los labios,
Si amante apasionada, susurraban
Y en húmedos resabios resbalaban
Hasta la hundida cuenca de tus ojos
Lentos, de rendición, apresurados,
Plenos, tristes y amargos, efusivos
Algunos un temblor de mariposas
Aleteando en tus sienes sudorosas
Aspirando su aroma en el aliento.
Algunos te negué a que extrañaras
El sabor de mis besos y desearas
Con más ardor el roce de mi boca.
Besos de adolescencia, rescatados
De los libros de cuentos infantiles,
De amores imposibles, con sabor
Clandestino, irrepetibles, pasando
Del sabor de dolor a par, del gozo
Al amargo de hiel, por separados
Besos de seducción y de pasión
Bordados. Besos estremecidos
Sobre la blanca almohada adormecidos
Llorados y sentidos, yaciendo de frente
O en tus brazos, ovillo, de costado.
Mis besos, tus rosas, ajenjo y miel
Versos virtuales, algunos en papel
Yacen dormidos, olvidados escritos
En el correo del, tiempo…amontonados.
Yolanda Arias Forteza
Septiembre 3, 2021
Guisos, sueños
Granos de arroz, de trigo, de cebada
De elote desgranado en dulce leche,
Combinación sagrada de alimentos
Que entretiene la mano y me somete
A que mi mente vuele en el pasado
Intercalando aromas y presente.
Quehacer de madre, de mujer, costumbre,
Pasando media vida en un brasero
Proyectando la vida entre los platos
Enamorando sueños y placeres,
Viajando sin distancias ni retenes
En lugares distantes y añorados
Europa toda, Grecia, Viena, en Holanda
Alemania, Italia, Francia, todo,
Todo el mundo lo abarco, lo contengo,
En medio de guisados o ensaladas
¡Qué me impide viajar en pensamiento,
Quién osará cortar mis fuertes alas!
Viajaré como dardo impertinente
Un águila seré en los altiplanos
Sobrevolando rugientes cataratas
Remontando montañas escarpadas
Selvas vírgenes en humedad veladas
Planicies, estepas, océanos y campiñas
Volar, viajar sin cortapisas… volar.
Compartir Universos y costumbres
Guisar, los guisos que en rituales
Compartimos mujeres como hermanas
Alimentando a los que más amamos
Mientras en medio de potes y vasijas
Atadas a lo nuestro, sublimando la vida,
Sonreímos, lloramos y… ¡Soñamos!
Yolanda Arias Forteza
(Agosto 9, 2004) 14:00 hrs.
El Amor
Fragmentos de El Profeta
El Amor:
« Cuando el amor os llame, seguidlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil,
y cuando sus alas os envuelvan, entregaos.
Aunque la espada entre ellas escondida os hiera.
Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños tal como el viento norte devasta los jardines.
Porque, así como el amor os corona así os crucifica.
Así como os acrece, así os poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.
Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudaros.
Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.
Y os asigna luego a su fuego sagrado para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.
Pero si, en vuestro miedo, buscáis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales, hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.
El amor no da más a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es suficiente para el amor.
Cuando améis no debéis decir: “Dios está en mi corazón”, sino más bien: “Yo estoy en el corazón de Dios”.
Y pensad que no podéis dirigir el curso del amor porque él, si os encuentra dignos, dirigirá vuestro curso.
El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.
Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que vuestros deseos sean éstos:
Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
Saber del dolor de la demasiada ternura.
Ser herido por nuestro propio conocimiento del amor.
Y sangrar voluntaria y alegremente.
Despertarse al amanecer con un alado corazón y dar gracias por otro día de amor.
Descansar al mediodía y meditar el éxtasis de amar.
Volver al hogar con gratitud en el atardecer.
Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón y una canción de alabanza en los labios.”
Khalil Gibran
El matrimonio
El Matrimonio:
“Nacisteis juntos y juntos para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.
Llenaos el uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga,
porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos,
porque los pilares del templo están aparte.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.
Khalil Gibran
Blasón de, mi… grandeza
Algún día ¡vive Dios, seré poeta!
Y quedarás prendado en mis soflamas
Y pensarás, insomne, que me amas
Sortearás en los mares, tempestades.
Sin brújula o timón has de bogar
Al puerto en rompeolas que desgrana
Mis versos en su acento singular.
Inmortal ha perdurar el sentimiento,
Doquiera mi nombre se proclame
Expresión de la belleza, es la Poesía.
Su esencia, el cauce en que confluyen
Verbo y letra en el raso de un lino
en blanco y negro, intocable santuario
De una idea. Es temblando o llorando
Exultante en placer o sufrimiento
Que en los versos desborda
El fardo del amor irreverente,
Lo indecible se airea, agrio, dulce
Suspicaz o aberrante; sofisma
Persistente que atormenta la mente.
Un hacer cotidiano sublimado
Que inconsciente me atrapa
Y en rimas me sigue encadenando.
Arderás en la palestra de mis versos
Y serás el clarín de mi poesía.
Madre, niña, amante, hijo,
fuego también, naturaleza.
Blasón de mi grandeza.
Algún día, sí ¡vive Dios!
Me, nombrarán… poeta.
Yolanda Arias Forteza
Enero 22, 2022
Al borde
Hasta el borde los sentidos
A prueba habrán sido dados
Para consentir cuatro años
A amar pasarse pugnando.
Amor de sólo un tropiezo
Que en el llanto se desvela
Amor que cantar debiera
Sin acabarse en la espera.
Amor adulto, porfiado
Despertando adolescente
En un tiempo desfasado,
de un otoño apresurado
Llorando por el ausente;
Al fin, tan… desperdiciado
Amor que fue carcajada
En un circo provinciano,
Bufonada de trastienda
Melodrama de lo humano.
Yolanda Arias Forteza
Ahora
Tómame ahora cuando aún se incendia
Mi sangre todita deseando tenerte,
Abrázame y ciñe tu talle a mi cuerpo
Abárcame toda y obliga a que calle,
Que ya no te llame.
Que no más escriba hasta que desangre,
Mis versos de amor.
Bésame la cara, el cuerpo, la boca
Bésame ahora, que busca mi aliento
Como un alimento tu boca mordiente,
Como abeja… miel.
No le des un beso cuando ya esté fría,
Dejará en tu vida herida tardía,
Y en tu boca, mía, sabores de… hiel.
Yolanda Arias Forteza
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