***Liras de sentimiento y belleza *** Yolanda Arias Forteza

Archivo para agosto, 2016

Soneto de las Intenciones

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Si mitad, tu intención me bastaría;
Pues, la otra mitad va de mi parte.
Bésame amor, que yo te besaría
Usando luz de aurora para amarte

En revuelo mi falda entre tus dedos
Tu cremallera rota entre los míos,
Un anhelo vibrando en los enredos
De una eterna promesa en amoríos.

Has realidad igual nuestras pasiones,
Bésame ya y llena de emociones
El caudal que ha desdeñado la cordura

Y así en dos claras intenciones
Filigrana yo, en forja de ilusiones.
Orfebre, tú. Símil mitad en toda mi locura.

Yolanda Arias Forteza

Agosto 20, 2016, 21:35 hrs.


Siento… miedo

mujer rosas

Es un calor sofocante
el que me va recorriendo
al despertar la mañana
El corazón se me llena de llanto
y de sentimiento y galopan
en el cuerpo desaforadas las ganas,
penando por tu contacto pensando
a ratos que, me amas. Yo no sé cómo
decirte que no logro hacerte
un verso , que guardo la compostura
que me dicta la cordura,
que tu amor se ha vuelto antojo
y rompe las cerraduras, los candados
y cerrojos  con que oculto la locura
de mis lémures amores,
esos que no me demandan
y me dan sus rosas blancas,sin abrojos
sin espina. Siento miedo al acercarme
a un amor que me demande, vivo
ser correspondido y descubra
que ya tengo todo el cariño vencido,
que el corazón ha perdido
la gana de enamorarse.
Que si, náufraga me aferro a un bajel
que boga con pasajero incluido,
y le dejo que me bese y me quedo
enamorada, soñando que soy amada
y al final  sólo he encontrado otro amor…
equivocado. Ahogada en el desconsuelo
al fondo me soltaría por eso no te hago
caso, por eso no te hago un verso.
¡Para qué, si jamás tú lo sabrías,
si nunca, lo… escucharías.

Yolanda Arias Forteza

Agosto 17, 2016


Insistencia

¡Qué razón supondría
la esperanza tardía
que al paso de tus versos
en mi mente anidó!
Realidad es, que vivo
en un sueño extraviado
de verdad y mentira
que acomoda mi yo.
Analizo el concepto
y consulto la fecha,
si en mi tiempo tu mente
el verso concibió y los celos
me asestan golpes plenos
de ausencia, entre encono
y razón, porque celo tu vida
cuando no te sabía y aunque
te presentía, otro amor
te envolvía entre rima y pasión.
¡Ah, qué insistencia la mía! descubrir
por tus letras lo que antaño pasó,
si en mundos paralelos de ficción
y agonía, en amores prohibidos,
verdaderos, furtivos vivió tu corazón.
Entre libros y acervo que tu mente
absorbió, entre mitos y cuentos,
tu realidad surgió. Tu legado
es el palio que descubre tu alma.
Eres el confidente de mis celos
dolientes, de mi fe decadente
de esta sed de saberte
que sólo entiendo yo.

Yolanda Arias Forteza

Agosto 12, 2016, 14.50 hrs.

 


¿Dónde, comienza?

Dime amigo, si puedes presentir
dónde comienza, absurda paradoja,
el fin del sueño en que nació el amor.
dime mi bien, si necia he sido
al afirmar que el don de amar,
en constante fervor nos otorgó.
Redima ingenuidad la necedad,
que el aire en piedra se convierta
que colapse el universo entero,
que ya no salga el sol y que la luna
cuadrangular y oscura se convierta.
En un duelo constante esté la aurora
entre espuma de sombra y resplandor.
Al paso de mi pena, se prolongue la noche
se apague el firmamento, colapsen los luceros
que calle el ruiseñor. Todo lo que si bueno,
en malo se envilezca. Si luz, en negro
se pervierta. Sea la razón demencia.
La locura… candor. Y, si el amor no existe,
Cuestionable sería el universo entero
Por ende, ¡La existencia, de… Dios!

Yolanda Arias Forteza


Flores en el Viento

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Tengo bolsas llenas de flores muy secas
Flores que al paso en mi vida, han dado
Color en mi casa, en viejas canastas
En bellos floreros, llenas de recuerdos.
Aun así, marchitas y mustias, fueron
Ramos elegantes, de verdes muy secos
Y tonos añejos, rojos desleídos,
Naranjas perdidos, amarillos viejos,
Sobre alguna mesa en algún librero.
Algunas en libros, secas se volvieron.
Las pongo en los nidos de vara que tengo
Adornan rincones, y algunos sombreros
Después, las revuelvo con otras que fueron
En Julios o Mayos, regalos primeros.
Años, largos años de tenerlas presas,
No puedo tirarlas las tengo guardadas
Un destino tienen. Cuando yo me muera,
Ha de acompañarme un cortejo de ellas
De manos amigas, en tierra caerán
Para que florezcan las viejas semillas
En bosques o vados, jardines o prados,
En lares lejanos, planicies o llanos
Los pétalos viejos tendrán que morir.
En el viento flores habrán de surgir
Para recordarme y en ellas quedarme
En el vago aroma de Rosas de Mayo
O Violetas de abril, en la Siempreviva…
En un No me olvides de azul de satín.
Flores en el viento, como mis cenizas…
¡Volarán sin fin!

Yolanda Arias Forteza


Al lado mío

Juego imagen 08 agosto 2016

No logro conciliar que aún sigues en íntima
fusión al lado mío, en cíclica ilusión
hago que vivo y me deslizo al vacío
de un tiempo que ha dejado de ser mío.
Transcurro en un calendario atemporal
con un presente de apariencia actual
en mi anhelo constante de encontrarte
con indicios de alguna cercanía,
un suspiro que nadie sino yo, escucharía.
Una seña a saber, que tu alma
me recuerda, el trino de un gorrión
a medianoche en sol umbrío, o la luna
sonriendo en pleno día, una mar
sin rumor, de olas vacía, un signo de dolor
de mi universo, un algo que me diga
que aunque has partido, por mí y para mí,
quisieras seguir vivo. Sin un roce siquiera,
en forja paralela, escultura viviente,
en mi rutina y todos mis sentidos.
¡Estar, por un momento, al lado mío!

 

© Yolanda Arias Forteza.

 

 

 


Campanas

Juego Imagen 07 agosto 2016
 

Es temprano, aún no escucho repicar,
Las campanas de la iglesia,
Llamando a misa en mi barrio.
A veces escucho su tañido extraño,
Sonido que antaño a mí me atrapó
Ahora, caigo en cuenta que son grabación
congeladas  de una cinta,  repicando  igual
de aquellas enormes, antiguas de la catedral
que en México está  en la Plaza Mayor
Campanas de pueblo, llegan a mi mente
Y me siento infante.
Campanas dolientes, que doblan a duelo
Porque algún vecino ya se adelantó.
O claras pregonan bautizos y bodas, una comunión.
Mi madre, el silencio, la prisa, las risas para madrugar.
Campanas de bronce que lloran sin prisa
En miércoles tristes de tomar ceniza.
Campanas de mi provincia, tañendo en desigualdad,
Llorando de… soledad.
Júbilo de amaneceres y de un vestido estrenar
Zapatos nuevos y blancos, con olor de veleidad.
Sería el cuero o la pintura que  tan blancos los hacia
O serían las tobilleras que también estrenaría.
Las que me hacían despertar.  O tal vez para llevar
flores frescas a María hasta la Iglesia del Carmen,
Besar la mano del cura y devota comulgar.
Las campanas tempraneras me incitan a recordar
Tiempos tiernos de inocencia… tiempos que no volverán
Ahora, tarde me despierto, poco voy a comulgar,
Pero sonríe la inocencia que perfumó mi conciencia,
Mucho, mucho tiempo… atrás.

© Yolanda Arias Forteza