Es tu nombre
Ah, esta sed del amado que no cesa.
Pasión, enfermedad del alma
Acunada en la seda de mi nido de acero.
Amor, que aunque parece triste,
En el gozo me tiene; pues, mantiene
Completa potestad sobre la muerte.
Escondido en mis labios pulsa un nombre,
En cualquiera que apode, en el verso que escribo,
En el no declarado, o ese otro, olvidado.
Filigrana dorada de nueve letras sólo,
Meciéndose entre líneas de nostálgico duelo,
En versos majestuosos, en erotismo artero,
Estremecida plena de locura y desvelo
Murmullos en la sombra que persiguen tu alma
A que sepas que te amo que me consumo sola
En lenguas de diamantes, hirientes y cortantes,
Que he tallado en la roca de tanto desconsuelo.
Es tu nombre arropado en un lecho sin sueño,
En que estás arrimado, amado y extrañado
Por un cuerpo, sin… dueño.
Yolanda Arias Forteza.
De tu imposible amor
Se desplaza mi vida en la nostalgia.
Quehacer de tiempo, enrarecido ensueño
que en mi mente recreo de cotidianidad,
de vida llana, inmersa sin remedio
en el empeño de que no te has ido
de que me amas, cómo entonces vivo.
Si puedes descifrar mi pensamiento
cuánto en él no verás que confirme
la eternidad de amor que te profeso.
Cuánto de soledad que en mí se cierne,
percibirás al constatar con razón
que nadie, de la muerte vuelve.
Cuánto de mis anhelos captarás
en el suspiro, que sin aliento,
exhala el corazón, aún de ti, hambriento.
Cuánto dolor regado en mi existencia,
¡Tanto! por cicatera… ausencia;
mas, cuánta dicha, al sentir
de tu imposible amor lo que implacable, siento.
©Yolanda Arias Forteza.
Marzo 30, 2015, 11:15 hrs.
Adormidera
Al roce de tu piel adormidera
que huye de tu abrazo, cautelosa,
a tus requiebros reticente, sorda;
pues, así me prefieres, veleidosa.
Evasiva sería si me buscaras
como rayo de luna que perece;
así, me perderías si me encontraras,
al hacerse la luz cuando amanece.
Yolanda Arias Forteza
Testigos silenciosos
Aguardará el sillón,
Sitial vacío,
Un cojín deslucido
Un libro y una rosa
Mustia, en la portada.
Y guardarán, mi esencia
Que flotando estará,
Ya sin presencia
Estático rumor,
Efervescencia,
Que solo advertirán
Quienes me aman.
El roce de mi falda
Y mi querencia
Ahora, los sonidos
De la ausencia,
Testigos silenciosos son
De instantes, impasibles
De, mi… historia.
Yolanda Arias Forteza
Noviembre 2, 1018, 15:12 hrs.