***Liras de sentimiento y belleza *** Yolanda Arias Forteza

Archivo para May, 2022

Al… esfumarme

Puede ser una imagen de flor y naturaleza

Aquí en la efervescencia de mis noches

Qué duro tu dogal y que apretado

Permanece tu amor casi olvidado

Marasmo de pasión impertinente

Que te abraza y al tenerte, se arrepiente.

Inconsecuente dicha que se esfuma

Incapaz de retenerte y absorberte

No hay nada que decir, se ha ultimado

El póstumo suspiro por años, dilatado.

No te acoso, sin darme cuenta apenas

He aprendido que en amor suplicar

Es horrendoso. Hay tiempo de entregar;

Mas, no de arrodillarse. Buscar en otras bocas

El fuego de aquel beso que me diste.

Será que ya al amor he renunciado

Herida por lo mal que me quisiste

Me he negado a aceptar de otros labios

Lo que estaba segura me ofreciste.

No somos nada más que caminantes

En pos corriendo tras un sueño fatuo

Que distante a encontrarlo, nos invita.

A veces vino en modo de poesía

Y el rutinario golpe me desuela,

Revisto mis sucesos de agonía

Y gozo el rezumbar de las abejas

Llanto y risa concurren consecuentes

Y entonces me pregunto si presientes

Este amor que me cala hasta los huesos

Y estas ansias inmensas de tenerte.

Sigo en mi soledad, sin derrumbarme

Sé que te he de encontrar, al… esfumarme.

Yolanda Arias Forteza.

Agosto 27, 2018


Encuentro, sutil

En un azul de tibios nomeolvides                

es tu recuerdo el que te acerca a mí.                 

Vago infeliz en la angosta vereda,          

do corto el trecho, andado junto a ti.      

No más conoceré ya de tu vida;                 

tu crecer, un misterio que al partir          

se pierde en ese umbral prohibido              

Hades, Tabor, que mi planta                      

no se atreve a transgredir…                    

Dónde tu alma ahora, cuál espacio,        

plano y tiempo en que logre coincidir           

el encuentro sutil que busca el alma               

reclamando tu presencia en su vivir.

Yolanda Arias Forteza

Junio 4, 2019, 07:14 p.m.


Eternidad

Ver las imágenes de origen

Tener un hijo es hacer realidad

Un sueño que imaginas temporal

El único infinito, un raro, sueño… real

Renunciación del Yo, en entrega cabal

Que cambia cada día, mutando sin parar.

Sublimando egoísmos, desafiando destinos,

Un nicho en el santuario de vientre de mujer,

La luz en las tinieblas de cualquier decepción.

Un hijo… un sueño entre la vida

Del que nunca se quiere despertar

Soñar de amor eterno, mientras el hijo viva,

Si muerto, aún más lento, el sueño ha continuar,

Un soñar sin reposo, que el destino nos da.

Es un hijo en la madre… ¡Sueño de eternidad!

Yolanda Arias Forteza

(Agosto 1, 2004


Rapsodia del adiós

A Efrén Arias Cámara. en su segundo aniversario luctuoso

Rapsodia del adiós.

Era su luz que al paso, se apagaba

Ante mis ojos, en niebla se lloraba

Era el adiós temblando en la mirada

Se fue, no más, se fue sin decir nada.

Las tres, un lunes y mayo… comenzaba.

Irrepetible Do, atajo en un camino

En pos de un incansable peregrino

El paso inexorable hacia un postigo

Umbral abierto hasta, vivir… contigo.

Rapsodia del adiós en mi destino.

Yolanda Arias Forteza

1Eloisa Ramirez Arias


Responso

A mi primo hermano

Efrén Arias Cámara,

en memoria a su Primer Aniversario Luctuoso.

Mayo 1, 2018

Responso

Oblicua oscuridad firma

en la noche un pacto

artero de infinita calma.

Mentira es, se llora el alma

a soledad de roce confinada.

En su silencio ruge la alborada

Su luz se filtra ya por las ventanas

alas de angustia, ríos en cascada.

Soy hexágono obscuro

que no encuentra acomodo

en disímiles caras, vórtices de dolor

en el costado, de bruces o la espalda,

inclinada, hundida en las almohadas,

no he podido dormir y de tanto pesar,

de desear y ensoñar, torno al mismo lugar,

principio y fin de mi empeño. Denuedo

de inventar un hogar de doce horas de luz

en que conmigo estás, antesala del sueño

eterno que transitas, en que rebusco un plano

sideral presumiendo, te pudiera encontrar,

en esta hora fatal en que quiero rezar.

Responso que no logro versar

en un hilván coherente, de enunciados

cuando mi alma toda quiere, brindarte… paz.

Yolanda Arias Forteza